A quienes sienten un dolor psicosomático traducido en el cuerpo y en la acción de distintas maneras: adicciones, trastornos de alimentación, ansiedades, tristeza, rigidez mental y corporal pero están dispuestos a no quedarse pasivos.
A aquellos que sienten que el arte de la curiosidad y la comprensión puede ser un buen aliado para hacer de este mundo un lugar más digno.
A aquellos dispuestos a transformar su secreto (todavía inconsciente) en una política de lo bello.
A aquellos que crean que el tejer la relación con nuestra propia estructura nos permite dialogar mejor con nosotros y con el Otro.
Para un mayor entendimiento y para un mayor respeto con uno y con el Otro.